martes, 1 de marzo de 2016

Pilates (I)

Un buen estado físico se logra haciendo intervenir no sólo al cuerpo sino también la mente y el espíritu, para poder realizar las tareas diarias con agrado y energía. Bajo esta premisa, J.H. Pilates, comenzó a construir su método.

Pilates, como método de entrenamiento, busca explorar el potencial de cambio del cuerpo, teniendo por meta alcanzar un mejor funcionamiento corporal basado en el fortalecimiento del centro de energía (llamémoslo "core", aunque muchos no estén de acuerdo). El método se basa en seis principios básicos: concentración, control, centro, fluidez en movimientos, respiración y precisión.

J.H. Pilates desarrolló este sistema hace ya casi 100 años, trabajando secuencias de movimientos controlados y apoyándose en un equipo diseñado para ello combinado con trabajo de suelo o colchoneta.

El método Pilates designa los ejercicios, principios y conceptos desarrollados por su creador, por lo que cualquier variación o alteración del orden o forma de los mismos, pueden constituir un método, pero no podemos llamarlo Pilates. Con el crecimiento de la industria del fitness, se han creado nuevos aparatos y nuevas fórmulas, con un fin claramente orientado al marketing y a la generación de ingresos.

El método fue creado para conseguir un cuerpo, mente y vida sana. Pilates en una palabra es movimiento, definirlo en dos, es movimiento controlado y es apoyado por dos condiciones básicas fuerza y elasticidad.

Aplicar Pilates significa realizar todo el método como fue concebido, de manera individual y utilizando los aparatos diseñados por su creador. El profesor, debe dominar el sistema de manera que pueda garantizar su resultado, potenciando y guiando la capacidad de progreso del individuo.

Los seis principios básicos deben incorporarse de manera correcta para que fluyan de forma natural y puedan convertirse en un hábito, pero para ello debemos conocerlos:

- Centro de energía: es definido como el cinturón que va desde la base de las costillas hasta debajo de la pelvis. El centro soporta el tronco y ayuda a mejorar la postura, facilita los movimientos y afina el control de brazos y piernas. El desarrollo de esta zona ayuda a prevenir lesiones y dolores de espalda e implica menos fatiga.


- Concentración: Los ejercicios deben realizarse con una absoluta concentración, ya que la mente es la que guía al cuerpo. Es fundamental tener conciencia de todas las partes del cuerpo (esquema corporal), para poder realizar ejercicios precisos y perfectos.

- Control: cuando el trabajo se realiza desde el centro y con absoluta concentración, se controlan los ejercicios que se ejecutan. Es muy importante lograr el control del cuerpo en movimiento, de la mente sobre el cuerpo y del patrón de respiración.

- Precisión: todos los ejercicios tienen una estructura clara, una forma precisa y una dinámica adecuada, ya que buscan el máximo beneficio de cada uno de ellos.

- Respiración: la respiración debe ser cuidadosamente coordinada con los movimientos. Normalmente, inspiramos en el punto de esfuerzo y espiramos en la relajación.

- Fluidez de movimiento: para obtener fluidez, debe realizar el mínimo movimiento, sobre todo en las transiciones de ejercicios. El ritmo es la manera armoniosa de combinar y encadenar movimientos, con pausas, acentos y diferentes tiempos para cada ejercicio.


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