miércoles, 16 de marzo de 2016

Sistemas de obtención de energía.




La fuente de energía química para la contracción y la relajación de los músculos es el adenosíntrifosfato (ATP). 

ATP: es una molécula con enlaces ricos en energía que, al romperse, la liberan, de manera que pueda ser utilizada en los diferentes procesos fisiológicos, como la contracción muscular. Las vías energéticas con las que podemos obtener ATP son las siguientes:

VÍAS ANAERÓBICAS:  Son las que se utilizan cuando el músculo es sometido a esfuerzos muy intensos durante un breve período de tiempo, en el que el músculo no tiene el suficiente oxígeno a su disposición. Hay dos vías de este tipo:

- Vía anaeróbica aláctica. Es la primera vía energética, en la que se utiliza el ATP almacenado en el músculo. Sólo puede utilizarse durante un tiempo máximo de 10 segundos, porque se agota. No se produce ácido láctico.

- Vía anaeróbica láctica. Es la segunda vía energética. Este proceso químico para obtener ATP utiliza escasa participación de oxígeno y alto consumo de glucógeno dando como producto final ATP y ácido láctico como residuo. Por esta vía podemos obtener energía con una duración de hasta 2 minutos, más allá de este tiempo la acumulación de ácido láctico bloquearía nuestro organismo.

ACIDO LÁCTICO: es un producto que se genera en el músculo cuando éste es sometido a una actividad de máximo esfuerzo. Su acumulación produce fatiga muscular.

-Vía aeróbica Es la tercera vía energética de obtención de ATP, las reacciones químicas se desarrollan con gran consumo de oxígeno, utilizando en los primeros minutos glucógeno y más tarde ácidos grasos, dando como productos finales, además del ATP, anhídrido carbónico y agua, productos de fácil eliminación. Es la vía energética de mayor rendimiento y duración, aunque se pone en marcha más lentamente. Esta vía es la que se utiliza cuando el músculo es sometido a esfuerzos no demasiado intensos, y puede utilizarse durante períodos prolongados de tiempo.



De esta forma, dependiendo de la intensidad, duración del ejercicio físico y cantidad de sustratos almacenados, nuestro cuerpo optará por priorizar una de las 
vías de obtención de energía.

Por ejemplo, si un atleta corre 1.000 metros en tres minutos o los recorre en cinco minutos, utiliza la misma cantidad de ATP. Lo que varía es la velocidad con que se gasta el ATP. En el primer caso se necesita ATP a una mayor velocidad que en el segundo caso; por lo tanto, si la cantidad total de ATP requerida es la misma en ambos casos, la velocidad con que éste es requerido indicará el sistema energético participante.

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