El concepto de "expresión corporal" hace referencia al hecho de que todo ser
humano, de manera consciente o inconsciente, intencionadamente o no, se
manifiesta mediante su cuerpo.
El movimiento corporal (gestos) adquiere así la función de "lenguaje": la búsqueda de "un vocabulario" propio de
movimientos que, organizados con coherencia, permita transmitir, ideas, emociones y sensaciones personales y subjetivas.
Gracias a la expresión corporal somos capaces de:
- Reconocer,
valorar y aceptar la propia imagen corporal.
- Conocer
y desarrollar las facultades básicas de percepción, acción, expresión y
comunicación a través del propio cuerpo en todas sus posibilidades.
- Desarrollar
la espontaneidad, la imaginación y la creatividad.
- Valorar el cuerpo y el movimiento como
depositario y emisor de afectividad, emociones y sentimientos.
- Favorecer
la relación con el medio ambiente y con las personas que nos rodean.
- Relacionarse
con el entorno natural, familiar y social a través del cuerpo y desarrollar sus
posibilidades de acción en el mismo.
- Utilizar
el cuerpo y el movimiento para favorecer el desarrollo personal y como medio para mejorar la propia calidad de vida.
- Conocer
y valorar críticamente los hábitos sociales relacionados con el cuerpo, la
salud, el consumo y el medio ambiente.
El conocer nuestro esquema corporal es de suma importancia en la expresión corporal, este es el conocimiento inmediato de nuestro cuerpo, sea
en estado de reposo o en movimiento, en función de la interrelación de sus
partes y, sobre todo, de su relación en el espacio y los objetos que nos rodean.
Este concepto tiene un carácter evolutivo, siendo el propio cuerpo el
primer elemento que desde niños percibimos: desde que nacemos, tenemos sensaciones de
satisfacción o insatisfacción, de dolor, visuales, auditivas, táctiles y
cinestésicas (movimiento). Este conjunto de datos que forman el esquema corporal evoluciona
con gran lentitud durante la infancia, y, parece ser que si no hay ningún
contratiempo, está completamente desarrollado a los 11- 12 años.
Un esquema corporal mal estructurado repercute en nuestra relación con el mundo, pudiéndose manifestar los siguientes déficits:
- Déficits motores: torpeza, lentitud.
- Déficits perceptivos: falta de orientación espacial,
lateralidad mal afirmada.
- Déficits afectivos: inseguridad, baja
autoestima, introversión.
- Déficits escolares: disgrafías, dislexias.
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