martes, 2 de febrero de 2016

Anatomía: huesos

Este es el inicio del camino, para aprender anatomía, pilar fundamental para entender el cuerpo. Nuestro primer objetivo son los huesos, así podremos comprender para qué sirven, para qué los necesitamos y por qué son tan importantes, tanto en nuestra vida diaria como en el deporte.



El sistema esquelético proporciona palancas para los músculos de modo que su contracción pueda hacer que el cuerpo se mueva. Es el sostén que impide que el cuerpo se colapse en una masa de tejido blando y la capa protectora o alojamiento de órganos vitales como el cerebro, pulmones, corazón y órganos pelvianos. Además, es la gran reserva de calcio y de fósforo del cuerpo, que aumenta y disminuye constantemente. El hueso es un tejido vivo, que continuamente sufre cambios de construcción y destrucción.

Los componentes celulares del hueso tienen funciones específicas: 

- Los osteoblastos están implicados en la formación de hueso.
- Los osteocitos en el mantenimiento del hueso como un tejido vivo.
- Los osteoclastos en la destrucción y reabsorción del hueso.

Estas células están estrechamente interrelacionadas y puede haber transformación de una forma a la otra. 

La forma y tamaño del hueso, dependen de las funciones que deben cumplir, obteniendo así cuatro tipos de huesos:

Huesos largos: son extensos y sus extremos amplios.
Huesos cortos: su estructura es en forma de caja o cubo y son casi tan anchos como largos.
Huesos planos: anchos y delgados con una superficie aplanada.
Huesos irregulares: tienen diferentes tamaños y formas.


Las articulaciones se forman donde dos o más huesos del esqueleto se juntan. La función de la articulación determina su carácter y estructura. En áreas como el cráneo, es importante que no se permita ningún movimiento entre los huesos contiguos; en la columna vertebral, en cambio, es deseable un leve grado de movilidad.

Sinartrosis: los huesos encajan íntimamente y se mantienen unidos mediante tejido fibroso, la mayoría son fijas. Ej: huesos del cráneo.


Anfiartrosis: ofrecen poca movilidad. Los huesos pueden estar unidos mediante cartílago (primera costilla y esternón) o por una almohadilla (pubis y vértebras).


Diartrosis: son las más complejas y pueden desempeñar funciones mecánicas. Están formadas por dos elementos óseos, uno cóncavo y otro convexo, protegidos por cartílago que soporta tensiones y permite el deslizamiento.



Los huesos y las articulaciones son elementos pasivos del cuerpo humano, necesitan de un motor que los mueva, este son los músculos, los cuales empezaremos a ver más adelante.

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